Las normas ISO son guías internacionales que ayudan a las empresas a trabajar de forma más ordenada, segura y eficiente. Estas normas se crearon para que las empresas, sin importar el país donde estén, puedan seguir procesos parecidos cuando se trata de producir, ofrecer servicios o manejar su negocio.
La palabra ISO viene de la organización que las creó: International Organization for Standardization. Esta organización se formó en 1946 cuando varios grupos de diferentes países decidieron unirse para crear reglas comunes que facilitaran la fabricación y el comercio. La primera reunión se hizo en Londres y participaron 64 personas de 25 países.
Hoy en día, la ISO ha creado más de 23,000 normas que se aplican en muchos sectores como la tecnología, la industria, el medio ambiente, la salud, la seguridad de la información, entre otros. Esta organización no es parte de ningún gobierno y trabaja con representantes de 164 países desde su sede en Ginebra, Suiza.
El objetivo principal de estas normas es asegurar que las empresas cumplan con niveles de calidad, seguridad y eficiencia. Por ejemplo, existen normas para la gestión de calidad, cuidado del medio ambiente, manejo de la seguridad de la información, control de riesgos, etc. Según el tipo de negocio, una empresa puede certificarse en una o varias normas ISO.
Una característica importante de estas normas es que promueven la mejora continua, es decir, que las empresas estén siempre buscando cómo hacerlo mejor. Para lograr esto, se usa una metodología llamada Ciclo PHVA (Planificar, Hacer, Verificar, Actuar), que ayuda a revisar y mejorar los procesos de manera constante.
Además, si una empresa decide aplicar varias normas ISO, estas pueden integrarse en un solo sistema de gestión, haciendo el trabajo más sencillo y conectado.
Ventajas de aplicar normas ISO
Cuando una empresa trabaja bajo los estándares ISO, puede destacarse frente a la competencia, ya que demuestra compromiso con la calidad. Además, al ser normas reconocidas internacionalmente, los clientes, inversores y socios tienen más confianza en la empresa.
Otras ventajas importantes son:
- Mejora los procesos y aumenta la productividad.
- Da una imagen más profesional y confiable.
- Permite participar en licitaciones que exigen cumplir normas ISO.
Para obtener un certificado ISO, la empresa debe cumplir con todos los requisitos que indica la norma. Esto puede implicar hacer algunos cambios en su forma de trabajar, en sus procesos, equipos o documentos. Una vez que todo está listo, una empresa certificadora visita la organización y revisa que se cumpla con lo exigido. Si todo está en orden, se otorga el certificado oficial.
Las normas ISO son una herramienta poderosa para las empresas que quieren crecer, mejorar su reputación y competir en mercados exigentes. Ayudan a organizarse mejor, a cuidar la calidad y a generar confianza en clientes y aliados.
En DM Food Engineers te ayudamos a dar el primer paso. Te apoyamos en la elaboración de manuales fundamentales como BPM (Buenas Prácticas de Manufactura) y HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control). Estos documentos son la base para lograr una gestión ordenada, segura y en mejora continua, lo cual te prepara para aplicar a una futura certificación ISO.