Uno de los mayores retos de la industria alimentaria, especialmente en climas tropicales como el panameño, es preservar la frescura y seguridad de los alimentos sin recurrir a conservantes artificiales. En ese contexto, la tecnología de Atmósferas Modificadas (MAP, por sus siglas en inglés) ha surgido como una solución eficaz, limpia y cada vez más accesible para alargar la vida útil de alimentos frescos y procesados sin comprometer su calidad sensorial ni inocuidad.
¿Qué es el envasado en atmósfera modificada?
El sistema MAP consiste en modificar la composición gaseosa del interior de un envase antes de sellarlo, sustituyendo el aire (que contiene 21% de oxígeno) por una mezcla de gases específicos que retrasan la degradación del alimento.
Los gases más comunes utilizados son:
- Dióxido de carbono (CO₂): inhibe el crecimiento de bacterias y hongos.
- Nitrógeno (N₂): gas inerte que desplaza el oxígeno y evita oxidaciones.
- Oxígeno (O₂): se mantiene en pequeñas cantidades en productos cárnicos para conservar el color rojo brillante (oximioglobina).
Cada tipo de alimento requiere una formulación específica según su humedad, actividad de agua, pH y sensibilidad a la oxidación.
Beneficios del uso de MAP
- Extensión de vida útil: en frutas, carnes, panadería, quesos y snacks, el MAP puede duplicar o incluso triplicar la vida útil sin conservantes químicos.
- Reducción de desperdicios: alarga la vida en estantería y reduce mermas por caducidad, clave en exportaciones o supermercados con logística compleja.
- Mejora de la presentación: conserva color, textura y frescura, aumentando la percepción de calidad.
- Compatibilidad con “clean label”: permite mensajes como “sin preservantes” o “conservación natural”.
Aplicaciones típicas
- Carnes frescas y embutidos: combinaciones de CO₂ y O₂ mantienen el color atractivo y controlan bacterias.
- Frutas y vegetales frescos cortados: reducen respiración metabólica y evitan el amarillamiento.
- Productos horneados: evita desarrollo de moho sin sorbato de potasio.
- Quesos y lácteos: previene oxidación de grasas y enranciamiento.
Impacto en la seguridad alimentaria
El uso correcto de MAP reduce el riesgo de patógenos como Listeria monocytogenes, Clostridium botulinum y Pseudomonas spp. en alimentos refrigerados. Sin embargo, requiere precauciones:
- Mantener siempre la cadena de frío.
- Garantizar condiciones higiénicas extremas en el envasado.
- Diseñar mezclas gaseosas considerando pH, actividad de agua y carga microbiana inicial.
Según FAO y EFSA, el MAP debe integrarse en sistemas de control de inocuidad, pero no sustituye las buenas prácticas de higiene ni la refrigeración.
Regulaciones y etiquetado en Panamá
Aunque Panamá no cuenta con un decreto específico para MAP, se siguen las directrices del Codex Alimentarius y normativas centroamericanas de empaque y conservación.
Los productos envasados con MAP deben:
- Indicarlo en la etiqueta (“Empacado en atmósfera modificada”).
- Mantener registros del gas utilizado.
- Asegurar envases con propiedades de barrera y aptos para contacto con alimentos.
Recomendaciones para empresas y emprendedores
- Realizar pruebas piloto con distintas mezclas y empaques.
- Validar la vida útil con pruebas microbiológicas y sensoriales.
- Invertir en equipos adecuados: inyección de gases, control de sellado y detección de fugas.
- Capacitar al personal en BPM y llenado aséptico.