En los últimos años, el etiquetado nutricional frontal, también conocido como etiquetado de advertencia o tipo semáforo, ha ganado protagonismo en América Latina como una estrategia para mejorar la salud pública y orientar al consumidor en sus decisiones de compra.
Países como Chile, México, Uruguay, Argentina y Colombia han implementado sistemas obligatorios con resultados positivos, lo que ha generado discusiones en otros países de la región, incluyendo Centroamérica y Panamá, sobre la posibilidad de su adopción.
¿Qué es el etiquetado nutricional frontal?
A diferencia de la tabla nutricional tradicional que aparece en la parte posterior del envase, este sistema coloca advertencias visibles en la parte delantera del producto, con el fin de informar rápidamente sobre el contenido de nutrientes críticos.
Los principales formatos utilizados en América Latina incluyen:
- Octógonos negros con leyendas como “Alto en azúcar”, “Alto en sodio” o “Alto en grasas saturadas”.
- Semáforos de colores, que indican el nivel de nutrientes críticos: verde (bajo), amarillo (medio) y rojo (alto).
- Indicadores de porcentaje del valor diario recomendado (GDA) por porción.
Su objetivo es que los consumidores, incluso sin conocimientos técnicos en nutrición, puedan identificar de forma rápida si un producto excede los niveles recomendados de azúcar, grasas o sodio.
¿Por qué se está adoptando en la región?
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), América Latina es una de las regiones con mayor crecimiento en obesidad infantil, y el consumo de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas es un factor determinante.
El etiquetado frontal se considera una medida costo-efectiva para prevenir enfermedades no transmisibles como obesidad, diabetes e hipertensión.
Evidencia en países pioneros
- Chile: Tras la entrada en vigor de la Ley 20.606 (2016), un estudio de Taillie et al. (2020) encontró que las compras de cereales azucarados disminuyeron en un 25 % y un 18 % de los consumidores dejó de adquirir productos con múltiples sellos de advertencia. 1
- México: Desde 2020 es obligatorio el sistema NOM-051. Según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), más del 75 % de los consumidores revisa los sellos antes de comprar un producto procesado. 2
- Argentina, Uruguay y Colombia: Estudios iniciales muestran que los sellos son comprendidos por la mayoría de los consumidores y han impulsado la reformulación de productos para reducir azúcar, sodio y grasas.
Situación en Panamá y Centroamérica
En Panamá, el etiquetado nutricional frontal aún no es obligatorio. Actualmente, se exige la tabla nutricional posterior regulada por el RTCA 67.01.60:10, bajo supervisión del MINSA.
El país participa en discusiones regionales a través del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica (COMISCA), que analiza la viabilidad de un sistema armonizado. Sin embargo, la falta de consenso técnico y la presión de la industria han retrasado su avance.
Algunos países como Honduras y Guatemala han explorado propuestas técnicas, pero hasta la fecha no existen normativas obligatorias en Centroamérica.
Impacto en las empresas del sector alimentario
La adopción del etiquetado frontal implica cambios relevantes en varios frentes:
- Reformulación de productos Muchas empresas reducen sodio, azúcar o grasas para evitar advertencias, mejorando el perfil nutricional.
- Impacto en ventas Los productos con sellos visibles pueden perder atractivo frente a consumidores informados.
- Costos de rediseño Ajustar etiquetas y empaques conlleva gastos adicionales de diseño e impresión.
- Cumplimiento normativo en exportaciones Empresas que exportan a mercados con sistemas obligatorios (Chile, México, Argentina, Colombia) deben adaptar sus etiquetas, aunque en Panamá aún no se exija.
Recomendaciones para empresas panameñas
- Monitorear cambios regulatorios en Panamá y la región.
- Evaluar el perfil nutricional de sus productos para anticiparse a posibles advertencias.
- Rediseñar etiquetas de manera proactiva, trabajando con expertos en normativa y diseño.
- Capacitar a los equipos internos en normativa de etiquetado frontal.
El debate sobre el etiquetado nutricional frontal no se limita a un tema técnico o regulatorio; se trata de una discusión sobre derecho a la información y salud pública. Las experiencias de países pioneros demuestran que una advertencia clara puede transformar hábitos de consumo y motivar a la industria a ofrecer opciones más saludables.
En Panamá, los próximos años serán clave para definir si el etiquetado nutricional frontal se incorpora como herramienta de salud pública, contribuyendo a orientar al consumidor hacia decisiones más informadas y responsables.

